Resumen:
Corría el año 1891, los devastadores efectos de la guerra con Chile continuaban, con la lentitud del país se reponía. En Ilo (Moquegua) los esposos Domingo L. Valcárcel y Leticia Vizcarra tuvieron a Luis Eduardo. Luego decidieron establecerse con el Cusco. Así, en 1892, el pequeño Luis vivencia la belleza de la ciudad que los acoge. De espíritu inquieto e inquisidor, participó en la reforma universitaria (1909), movimiento publicó en la revista ''Amauta'' su imperecedero texto ''Tempestad de los Andes''.
Su trabajo investigativo estuvo en paralelo con su activismo político. A los 22 años fundó el Instituto Histórico del Cusco: su interés por la protección del patrimonio cultural fue una constante en su vida. en 1923, fundó el Museo Arqueológico de la Universidad de San Antonio Abad y presidió la Misión Peruana de Arte Incaico que viajó a Bolivia, Argentina y Uruguay: fueron tiempos de construcción ideológica y estética. Por esos años se observa a Luis Eduardo Valcárcel fuertemente unido al movimiento indigenista, fue uno de sus más activos impulsores. Abrió las puertas de la urbehacia el mundo rural, campesino.
En 1930, con el gobierno de Luis M. Sánchez Cerro, se trasladó a Lima y ejerció la dirección del Museo Bolivariano; posteriormente fue promovido como director del Museo Nacional. Sembró el embrión de la orientación de los museos nacionales. Siendo ministro de educación formalizó los museos según la naturaleza sus coleccion (1946); en Lima: Museo de Antropología para la acción. Estableció los vínculos con el Instituto Lingüístico de Verano y con el Instituto Nacional de Cultural Peruano Norteamericano.